viernes, 17 de septiembre de 2010

Cómo aportar el yodo necesario

La Organización Mundial de la Salud propugna la Yodación Universal de la sal, entendiéndose por ello la yodación de la sal de consumo humano y animal, incluyendo la utilizada en las industrias alimentarias. La primera experiencia de profilaxis de bocio endémico con yodo se inició en Ohio (USA) en 1.911 por Marine y Kimball. En Suiza se implantó en 1.922.

En España existe sal yodada disponible en el mercado desde 1.983, Real Decreto de 27 de abril, que aprueba la reglamentación técnico-sanitaria para la obtención, circulación y venta de la sal yodada y, establece el contenido de yodo en 60 mg por Kg de sal, de tal manera que, con la ingesta diaria normal de sal (unos 3 g/día) se cubren las necesidades diarias de yodo.

Toda la población debe utilizar sal yodada al cocinar y aliñar los alimentos, especialmente los niños y mujeres en edad fértil. Su consumo es especialmente importante en mujeres embarazadas y en período de lactancia. Las campañas de yodoprofilaxis tienen su efecto, pero éste es pasajero si no se realizan con continuidad, por eso es fundamental un programa de seguimiento eficaz y permanente, controlando periódicamente los resultados. De esta forma se ha conseguido eliminar los trastornos causados pro deficiencia de yodo en diversos países, tales como Noruega, Suecia, Finlandia, Suiza y Austria.

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